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A través de internet llega el siguiente comunicado de la Conferencia Ecuatoriana de Religiosos
"Noticia de última hora , para conocimiento y divulgación de toda la Vida Religiosa del Ecuador.
La Santa Sede ha exigido al P. General de la Orden de Carmelitas Descalzos que disponga al P. Provincial la salida inmediata de los seis misioneros carmelitas que quedan en el Vicariato de Sucumbios.
Esta manera de actuar nos llama la atención y nos exige una voz de denuncia y una propuesta llena de creatividad.
Por ahora sólo les informo y les pido la solidaridad. La semana que viene podremos buscar juntos caminos"
Creo que el comunicado habla por si solo.
Solamente apunto dos cuestiones.
Una, evocando los comentarios que Juan Pablo Pólit y Camila Montenegro colgaban en este blog ante el artículo "Es de justicia", donde venían a intentar convencer que en el procedimiento seguido desde Roma con el obispo Gonzalo López Marañon y la Iglesia de Sucumbios no había nada de anormal, ni de injusto que pudiera explicar el escándalo. Frente al contenido de este comunicado ¿no hay nada de anormal, injusto, anticristiano y antipastoral contra una tarea de evangelización?
Luego, pensando en la Conferencia Ecuatoriana de Religiosos, me surge la otra cuestión:
¿Cuándo hay que actuar: cuando hay peligro de que puedan pisar mi rabo o cuando la situación injusta es evidente?
José Luis Molina
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